Colgada del estandarte de la repisa de la terraza balcon de la cocina,
quisiera levantarme de la bañera y por fin sentirme viva.
Quisiera una golosina ácida y dulce
que me atosigue
una mandarina amarga,
una tarde de verano con escarcha:
algo tiene que pasar.
algo tiene que pasar.
Te vi las manos un día y estaban
cerca;
caíamos lento por el agujero negro
que a su vez caía cual caracol
como el viento que entra dulce por la
pared
por un agujero que hay entre la pared
y la ventana, el viento
por un agujero que hay entre la pared
y la ventana, el viento
entra de remolino veraniego
chupa las instancias calientes
enfría los espacios entre dientes
es una serpiente que en la caída maduró
chupa las instancias calientes
enfría los espacios entre dientes
es una serpiente que en la caída maduró
y ahí, tu mano, de ceniza, de
algodón
estaba pasando a través de mí
quería agarrarse como sea de algo que fuera
útil, fértil, fútil,
estaba pasando a través de mí
quería agarrarse como sea de algo que fuera
útil, fértil, fútil,
como sea, era yo.
Pasaste entre musculo y órgano,
entre dos o más de los varios
tejidos
que me acumulan la historia
una cosa entre otra
me nutren de anterioridad
que me acumulan la historia
una cosa entre otra
me nutren de anterioridad
el recuerdo se sucede en la idea del
espacio
entonces estamos de nuevo
entonces estamos de nuevo
cayendo
Ojalá no hubiera que volver de esos
estados.
Pero se vuelve, y otra vez el
vertigo
del que cuelgo
aquí me quedé enganchada
del que cuelgo
aquí me quedé enganchada
al caer
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